Octubre 2010


¿Sigue siendo relevante el BIG MAC como herramienta simple de análisis cambiario?

Fernando Baer - Economista - Director Bconomics

(Publicada en el Dirio El Cronista el 27/10/10)


Hace unos días la revista The Economist dio a conocer su nueva medición del índice BIG MAC a octubre de este año. Mediante esta herramienta simple puede aproximarse la sobreestimación o subestimación de un tipo de cambio respecto del dólar en Estados Unidos. La teoría económica subyacente para estimar estos valores también es simple y descansa en la Teoría del Único Precio (y Paridad del Poder de Compra) del comercio internacional. En pocas palabras y bajo supuestos determinados (no siempre válidos), el valor de los tipos de cambio debe ser tal que iguale el precio de una misma canasta de bienes en distintas economías. Lo atractivo de utilizar el sándwich BIG MAC de McDonald’s es que esa “canasta de bienes” es exactamente la misma para todos los países: los ingredientes, la forma de preparación e inclusive el sabor son los mismos en cualquier local de la cadena, en cualquier lugar del mundo. Si bien el cálculo es sencillo y rápido, lo cual excluye variables relevantes para definir desajustes en los tipos de cambio, en la elaboración de un BIG MAC (al igual que en el caso de otro bien) se conjugan todos los factores de producción: tierra (inmuebles), capital y trabajo, lo cual permite aproximar valores a los tipos de cambio de equilibrio (respecto del dólar).

Esta manera de aproximar sobreestimaciones o subestimaciones de los tipos de cambio se inició en 1986 y desde ese momento se actualiza sistemáticamente para identificar magnitudes y desalineamientos de los tipos de cambio respecto del dólar de Estados Unidos, mayor economía del mundo y emisor de la unidad de medida y reserva de valor global. En el análisis de The Economist y por mencionar sólo algunos de los países y regiones más relevantes (inclusive aquellos de mayor participación en las exportaciones argentinas), el análisis del índice BIG MAC indicó que el tipo de cambio en China se encuentra desalineado, con una subestimación del 41.2%, mientras que en los casos de Brasil, Japón y la Zona Euro se encuentra sobreestimado un 42%, 5.4% y 29.1%, respectivamente. La publicación de estos valores adquiere aún más relevancia en la actualidad, cuando el mundo comenzó a discutir sobre la corrección de los desequilibrios globales, con patrones bien definidos de ingreso-gasto-ahorro. El temor a la llamada “guerra de devaluaciones” que se presenta en la actualidad tiene como elemento central esta discusión, y en ella la manera en que el mundo sostendrá tasas de crecimiento económico en los próximos años.

Sin embargo, ¿sería adecuado decir que el valor del yuan estaría subestimado un 41.2% cuando el mundo en el que vivimos hoy no es el mismo que el de 2007, 2001 o 1986? Sin discutir el predominio del dólar como moneda de cuenta y reserva de valor, lo cual convalida seguir midiendo valores de canastas de bienes y tipos de cambio contra esa moneda, la pregunta central de este análisis es ¿sigue siendo relevante aproximar el valor de las sobreestimaciones/subestimaciones de las monedas mediante la evolución del precio del BIG MAC? Es innegable que Estados Unidos enfrentó y enfrenta condiciones macro y microeconómicas que implican cambios estructurales significativos en sus variables fundamentales; la reforma al sistema financiero (financiamiento más restrictivo en cantidades y precios), un mercado de trabajo menos dinámico (con duplicación de la tasa de desempleo en apenas 3 años) y nivel de déficit fiscal y deuda pública récord (el stock de deuda en la actualidad representa el 85% del PBI, mientras que en 2001 representaba 57%), por nombrar solamente alguno de ellos. En limpio, todo ello implica (e implicará) menor nivel de gasto, con reasignación presupuestaria de familias y empresas. En este contexto, ¿el BIG MAC puede seguir siendo considerado un bien inferior o su demanda (y por ende su precio) estaría aumentando dado un mercado laboral que incluye más desempleados y empleos de menor calidad (bien normal)?



En el período 1986-2001 (año clave para considerar en cualquier análisis económico, en Estados Unidos o en el resto de las economías, por obvias razones), la variación acumulada del precio del BIG MAC en Estados Unidos fue prácticamente la misma que la del índice de precios al consumidor (IPC): 62.5% y 60.1%, respectivamente. Pero, desde 2001 a 2010, la inflación acumulada medida por el BIG MAC duplicó la del IPC; 42.7% y 23% (con aceleración entre 2007 y 2010 para el precio del BIG MAC, en tanto los temores a que Estados Unidos caiga en deflación siguen vigentes). Si a las cifras publicadas por The Economist se las corrigiera teniendo en cuenta esta diferencia sustancial, las conclusiones serían distintas: la sobreestimación de la moneda en Brasil pasaría del 42% al 74.4%, Zona Euro de 29.1% a 58.8% y Japón de 5.4% a 29.6%. En el caso de China, la subestimación del yuan sería de 27.7% en lugar de 41.2%. Más aún, el peso en Argentina estaría subestimado un 5% según la publicación, mientras que corrigiendo por este factor, pasaría de estar subestimado a estar sobrestimado un 17%.

Claro está, las mismas observaciones sobre la discrepancia entre la evolución del precio del BIG MAC y del IPC podrían ser válidas para el resto de las economías del mundo. El punto aquí es que los patrones de consumo global (tanto en Estados Unidos como en otros países del mundo) y, por ende los precios relativos, se habrían modificado significativamente, con lo cual el índice del BIG MAC podría ser ahora un elemento inadecuado para aproximar apreciaciones o depreciaciones de los tipos de cambio. La mala utilización de esta información podría llevar a sacar conclusiones incorrectas, generando resultados no deseados.